BIENVENIDOS
En este pequeño rincón irán surgiendo periódicamente pequeñas ideas, pensamientos e interpretaciones relacionadas con la asignatura de Literatura Universal.
"Desde que el hombre nace, vive en un puro tránsito entre dos madres: la suya propia, de la que poco a poco se va desvinculando por ley de vida, y la que será un día madre de sus hijos, hacia la que tiende desde que alcanzó la pubertad."
Torcuato Luca de Tena, Los renglones torcidos de Dios.
"Desde que el hombre nace, vive en un puro tránsito entre dos madres: la suya propia, de la que poco a poco se va desvinculando por ley de vida, y la que será un día madre de sus hijos, hacia la que tiende desde que alcanzó la pubertad."
Torcuato Luca de Tena, Los renglones torcidos de Dios.
SALOMÉ, EL PECADO HECHO MUJER
Salomé es un personaje bíblico, femenino, que aparece brevemente mencionada en el Evangelio de San Mateo, y representa el fuerte poder de la seducción y perversidad del que todo ser humano es capaz de hacer gala, aunque su historia e individualismo como personaje ha ido cobrando más protagonismo y personalidad con el paso del tiempo gracias a los artistas decididos a representar su historia, debido al potencial plástico que tiene el personaje y la situación en la que se ve envuelta.
La historia de Salomé es sencilla: Herodes se enamora de su cuñada Herodías y se la arrebata a su hermanastro Herodes Filipo. San Juan Bautista, al igual que todo el pueblo lo ve con malos ojos y lo denuncia, humillándolos a ambos. Crece en Herodías un odio férreo hacia el santo y Herodes, como castigo lo encarcela. Durante una fiesta, Herodías le pide a su hija, Salomé, que baile y encandile al Tetrarca para que así este quede a su merced. Lo hace de una forma tan erótica que el Tetrarca le asegura que para complacerla, pida lo que pida, él hará aquello que ella le dicte.
Con esto, Salomé le pide la cabeza de San Juan Baitista. Este no es capaz de negarse y accede a la petición de la pícara adolescente, tras lo cual Salomé le ofrece la cabeza del profeta en una bandeja de plata a su madre.
La historia de Salomé es sencilla: Herodes se enamora de su cuñada Herodías y se la arrebata a su hermanastro Herodes Filipo. San Juan Bautista, al igual que todo el pueblo lo ve con malos ojos y lo denuncia, humillándolos a ambos. Crece en Herodías un odio férreo hacia el santo y Herodes, como castigo lo encarcela. Durante una fiesta, Herodías le pide a su hija, Salomé, que baile y encandile al Tetrarca para que así este quede a su merced. Lo hace de una forma tan erótica que el Tetrarca le asegura que para complacerla, pida lo que pida, él hará aquello que ella le dicte.
Con esto, Salomé le pide la cabeza de San Juan Baitista. Este no es capaz de negarse y accede a la petición de la pícara adolescente, tras lo cual Salomé le ofrece la cabeza del profeta en una bandeja de plata a su madre.
Salomé y el festín de Herodes, 1461
Este cuadro, obra del maestro Benozzo Gozzoli, nos muestra varias escenas de distinto orden cronológico en una misma imagen. En un primer plano, Salomé baila exóticamente ante Herodes, el cual está excitado, con el corazón sobrecogido mientras empuña un puñal, objeto simbólico pues este puede representar la posterior decapitación de San Juan Bautista a sus órdenes.
Salomé tiene aspecto adolescente, es rubia y de aspecto inocente a primera vista.
A la izquierda de la obra, aparece una escena que no sucede en el mismo tiempo de la escena anteriormente comentada, y se muestra a un verdugo a punto de decapitar a San Juan Bautista.
Por último, al fondo del cuadro, y de nuevo en un margen de tiempo distinto, Salomé le ofrece la cabeza del difunto San Juan Bautista a su madre Herodías, quien le tenía un odio ferviente a causa de que él desaprobaba y denunciaba su casamiento con Herodes.
Salomé tiene aspecto adolescente, es rubia y de aspecto inocente a primera vista.
A la izquierda de la obra, aparece una escena que no sucede en el mismo tiempo de la escena anteriormente comentada, y se muestra a un verdugo a punto de decapitar a San Juan Bautista.
Por último, al fondo del cuadro, y de nuevo en un margen de tiempo distinto, Salomé le ofrece la cabeza del difunto San Juan Bautista a su madre Herodías, quien le tenía un odio ferviente a causa de que él desaprobaba y denunciaba su casamiento con Herodes.
ZEUS, DIOS DE LOS DIOSES
En la mitología griega, Zeus (Júpiter) es el dios de los dioses, gobernante del monte Olimpo (donde se hayan todos los gobernantes divinos del mundo) y dios del cielo y los truenos. Sus atributos son el águila, el rayo y el cetro.
Es conocido por sus numerosas aventuras y amantes, siempre fruto de sus caprichos y desencadenantes de titánicos problemas y acontecimientos.
Sus decisiones rigen el mundo, y son absolutamente incuestionables, salvo por la Parca y el Destino. Tiene un temperamento irascible, caprichoso y autoritario, y abusa de su poder para satisfacer sus pasiones y apetitos carnales, aunque también aportó numerosos beneficios a los mortales.
Es conocido por sus numerosas aventuras y amantes, siempre fruto de sus caprichos y desencadenantes de titánicos problemas y acontecimientos.
Sus decisiones rigen el mundo, y son absolutamente incuestionables, salvo por la Parca y el Destino. Tiene un temperamento irascible, caprichoso y autoritario, y abusa de su poder para satisfacer sus pasiones y apetitos carnales, aunque también aportó numerosos beneficios a los mortales.
Juno y Júpiter, de Gavin Hamilton (1723-1798)
En esta obra maestra, el pintor escocés representa al dios Júpiter con su mujer Hera en una actitud de deseo y amor hacia ella.
Llama la atención la limpia y perfecta constitución y aspecto físico de los cuerpos de la pareja, pues resalta la grandiosidad de sus personalidades, resplandeciendo y floreciendo la hermosura externa de ambos.
Es un cuadro muy simbólico. En primer lugar, Júpiter, rompiendo con los estereotipos de la sociedad de la época (y para qué engañarnos, de la actual también), está en postura de sumisión y deseo irrefrenable por poseerla, encontrándose físicamente por debajo de ella, lo que puede interpretarse como que, como cualquier hombre, su fuerte sexualidad ciega sus sentidos y le rebaja, al menos en el momento donde florece con más intensidad (como en esta escena), por debajo de donde habitualmente se halla (no olvidemos que es el dios de todos los dioses) y por debajo de su mujer. Con todo esto, la escena transmite una sensación de ternura, cariño y sensualidad.
Al fondo aparece un descomunal águila, conocido símbolo representativo de Zeus, que puede estar en ese gran tamaño debido al dulce momento que está saboreando el gran dios.
Al lado de Zeus encontramos frondosa vegetación, que ayuda a dar a la escena mayor sensación de confortabilidad y serenidad.
En conclusión, esta obra resalta el lado humano y mortal del dios de los dioses, mediante una tierna escena en la que demuestra el enorme amor que siente hacia su esposa, que demuestra que casi toda persona, aun toda divinidad que posea, tiene algo en común con el resto.
Llama la atención la limpia y perfecta constitución y aspecto físico de los cuerpos de la pareja, pues resalta la grandiosidad de sus personalidades, resplandeciendo y floreciendo la hermosura externa de ambos.
Es un cuadro muy simbólico. En primer lugar, Júpiter, rompiendo con los estereotipos de la sociedad de la época (y para qué engañarnos, de la actual también), está en postura de sumisión y deseo irrefrenable por poseerla, encontrándose físicamente por debajo de ella, lo que puede interpretarse como que, como cualquier hombre, su fuerte sexualidad ciega sus sentidos y le rebaja, al menos en el momento donde florece con más intensidad (como en esta escena), por debajo de donde habitualmente se halla (no olvidemos que es el dios de todos los dioses) y por debajo de su mujer. Con todo esto, la escena transmite una sensación de ternura, cariño y sensualidad.
Al fondo aparece un descomunal águila, conocido símbolo representativo de Zeus, que puede estar en ese gran tamaño debido al dulce momento que está saboreando el gran dios.
Al lado de Zeus encontramos frondosa vegetación, que ayuda a dar a la escena mayor sensación de confortabilidad y serenidad.
En conclusión, esta obra resalta el lado humano y mortal del dios de los dioses, mediante una tierna escena en la que demuestra el enorme amor que siente hacia su esposa, que demuestra que casi toda persona, aun toda divinidad que posea, tiene algo en común con el resto.
SHAKESPEARE EN EL ARTE
“La muerte, que ha extraído la miel de tu aliento, no ha tenido poder aún sobre tu hermosura; no has sido vencida;” - Romeo ante el cuerpo dormido y aparentemente muerto de su amada.
Este cuadro, titulado La muerte de Romeo y Julieta (1825), es obra del pintor francés Diebolt.
La temática de la misma es el momento de la muerte de los conocidos amantes en el mausoleo de Julieta, sepultada porque todos la creían muerta debido a que había ingerido un veneno que haría que lo pareciese, gracias al cual podría reunirse con Romeo y así huir de su opresora ciudad para vivir felices y juntos en cualquier otro lugar. Pero por un cúmulo de casualidades, Romeo no se entera de la farsa y, creyéndola muerta, se suicida tomando una pequeña cantidad de cianuro. Julieta, tras despertar del estado en la que la potente droga le sumió, y viendo a su amado muerto entre sus brazos, se clava su espada dándose muerte.
El estilo de la obra sugiere al espectador una profunda sensación de pesimismo y lobreguez, simbolizando, entre otras cosas, que todo ha acabado de la peor manera en la que podía hacerlo, y que nada va a continuar para los amantes, quienes por culpa de los malentendidos experimentados y, sobre todo, por sus sentimientos exacerbadamente apasionados, acaban compartiendo lecho de muerte quitándose ambos la vida.
El artista, Diebolt, al ser su vida casi un completo misterio, no puede ser detallado aquí de ninguna manera.
La corriente artística del cuadro es el Romanticismo, que surgió como una reacción a preceptos artísticos tales como el orden, el balance, la armonía, la idealización y el racionalismo típicos de clasicismo y en particular del neo-clasicismo de finales del siglo XVIII. Entre las características más sobresalientes del Romanticismo se encontraban una predilección por lo exótico, lo remoto, lo oculto y lo misterioso así como una mayor apreciación por la belleza natural. Exaltar las emociones sobre el pensamiento racional. Todos estos elementos están fuertemente presentes en esta magnífica representación, símbolo de que Diebolt ha sabido captar perfectamente la esencia, emotividad y gala de sentimientos de la escena.
Personalmente la obra me transmite tristeza. Tristeza de que no hay nada más, que las vidas de estos dos jóvenes enamorados, llenas de energía y expectantes por morir tras una feliz e idílica existencia, se han apagado por capricho del azar, y no volverán a encenderse.
AUTOR ROMÁNTICO: NOVALIS
Autor romántico de origen alemán, es uno de los primeros poetas que aparecieron en el marco del Romanticismo. Se le atribuye, junto a Friedrich Schlegel, el desarrollo del fragmento como figura literaria.
En 1794, una vez finalizada su carrera universitaria, trabajó como actuario para August Coelestin Just, amigo suyo y posteriormente su biógrafo. En esta etapa conoce a Sophie von Kühn, de 12 años. Cuando cumple los trece años, ya en 1795, se comprometen para contraer matrimonio. Durante los años 1795 y 1796 Novalis se deja invadir del pensamiento y la doctrina científica de Johann Gottlieb Fichte, que marcará su pensamiento y su visión del mundo. Novalis llegó incluso a desarrollar el pensamiento temprano del autor donde encontró el punto de partida para desarrollar su religión, Liebesreligion o en castellano religión del amor. Pero este periodo de esplendor personal desaparecerá cuando llegue la muerte de Sophie a los 15 años, justo antes de contraer matrimonio. Esto marcará al poeta profundamente, hasta que tras numerosos éxitos profesionales muere a la corta edad de 28 años a causa de una tuberculosis.
Esta historia, si bien no se conocen demasiados detalles, ha sido elegida porque me parece que es la que más se asemeja a cualquier obra poética del Romanticismo en cuanto a temática. Exaltación de sentimientos amorosos y desenlace trágico.
En 1794, una vez finalizada su carrera universitaria, trabajó como actuario para August Coelestin Just, amigo suyo y posteriormente su biógrafo. En esta etapa conoce a Sophie von Kühn, de 12 años. Cuando cumple los trece años, ya en 1795, se comprometen para contraer matrimonio. Durante los años 1795 y 1796 Novalis se deja invadir del pensamiento y la doctrina científica de Johann Gottlieb Fichte, que marcará su pensamiento y su visión del mundo. Novalis llegó incluso a desarrollar el pensamiento temprano del autor donde encontró el punto de partida para desarrollar su religión, Liebesreligion o en castellano religión del amor. Pero este periodo de esplendor personal desaparecerá cuando llegue la muerte de Sophie a los 15 años, justo antes de contraer matrimonio. Esto marcará al poeta profundamente, hasta que tras numerosos éxitos profesionales muere a la corta edad de 28 años a causa de una tuberculosis.
Esta historia, si bien no se conocen demasiados detalles, ha sido elegida porque me parece que es la que más se asemeja a cualquier obra poética del Romanticismo en cuanto a temática. Exaltación de sentimientos amorosos y desenlace trágico.